So what de Pink.
POV KATY
Literalmente eso. Después de quedar como la tonta mejor amiga y compañera de piso de tu hermana, la casa se volvió un alboroto con miles de preguntas, y millones de abrazos. Yo, como dueña de esta casa- ya veis que para algunas cosas es mi casa- me levanté, le saludé y fui hacia la cocina para prepara, otra taza de café.
— ¿Y cómo que has venido, es decir, como has entrado?
Pensé que iba a decir por la ventana.
— Por la puerta. — mira, y encima sabía utilizar el sarcasmo. — Tía Marie y mamá me llamaron para contarme lo que debía hacer para las vacaciones de Navidad, y luego, me obligaron a venir aquí y que tendría que coger la llave que había debajo del tiesto del segundo árbol de la entrada.
— Mamá y Tía Marie como siempre…. — se quejó Alice. Yo bufé, con la bandeja de café en las manos.
— Yo te ayudo. — dijo caballerosamente.
— No, gracias. — contesté yo, caballerosamente. Como una buena dama.
— Disiento. — replicó él.
— Y yo vuelvo a disentir. — discrepé.
— Pues si empezáis así, vaya dos semanas que os vas a pegar—Anunció Joss pagado de si mismo, mientras le daba otro sorbo a su taza, y enchufaba el altavoz de su teléfono.
— ¡QUÉ! — chillé, y conmigo Robert.
— Marie, ¡no estas en tus cabales! —me quejé.
— Katherine, no empieces…— le regañó su madre.
Bufé e hice morros.
— Vosotros dos dormiréis juntos. ¡Qué digo! Tan solo es en la misma habitación!
— Mamá, perfectamente podríamos vivir en ese apartamento. ¡Tiene de todo! Tan sólo le falta la sala de estar. ¡Hasta tiene cocina! ¿Tú crees que sólo es dormir? ¡Es vivir con él! — me volví a quejar, luego miré a Robert. — Sin ánimo de ofender.
Cuando desvié mi vista de sus dos orbes verdes esmeraldas, todos me miraban como a un monstruo.
— ¿No me entendéis? — pregunté.
Hubo un silencio.
— Tranquilo, hijo, que la haremos entrar en razón— susurró Marie.
— ¡Dios! — rugí, y después de un gruñido, desaparecí de la habitación.
Tercera persona
Más tarde, después de miles de discusiones, quedaron en que ellos podrían dormir juntos, en la misma habitación. Marie y Carlie llegaron a ese acuerdo, pues Elizabeth, antes de morir, les hizo prometer cuidar a su hijo, y después que se mudó a Forks, había sido un completo extraño, comparado al pequeño torbellino de Robert Anthony Jr. De ese modo, podría relacionarse con sus primos, hermanos, y amigos, y Katy, podría ayudarlo. Marie tendría a sus dos “pequeños” cuidados”, ya que no tendrían que vivir con parejas. Pero nadie salvo las dos madres, y Alice, sabían la verdad.
End Tercera persona.
— ¡Pero cómo podían hacerme esto! Saben lo que me cuesta vivir con más personas, no es necesario rememorar la escena de cuando me enteré que Joss viviría con nosotros.
En realidad, si me hubiese tocado con alguien que no conociera…
— Katy, —me interrumpió Kristin y Alice la acompañó. — Sabes que no es cualquiera. Te cuesta vivir con un chico, y más si es algún desconocido. Primero fue en una habitación para el viaje de fin de curso, y luego Joss. Alice no fue ningún incordio…
— ¡Porque Alice era mi mejor amiga! — grité indignada levantando mis brazos, luego me dejé caer de nuevo a mi cama. — Vale, lo acepto. Pero entendedme, yo… sabéis cuánto me cuesta, y encima no es tan solo la habitación, sino que ese apartamento parece más un albergue de lujo. ¡Qué digo! Ni eso. ¿Qué cabaña de montaña tiene más de cinco habitaciones, sin contar cuartos de baño, que la mayoría de esas cinco, tengan un cuarto de aseo, una cocina, y una habitación de música, a más de un pequeño comedor?
Mis dos amigas se quedaron mirando.
— ¿Lo veis? Es convivir con él. Sinceramente, no me malinterpretéis, pero no siente que sea mi hermano, o si quiera, de nuestra colla.
Escuchamos como alguien carraspeaba, y cuando nos dimos cuenta, fue como si me cayera un gran cubo de agua helada sobre mí.
— Nosotros… em… nos vamos. — “interrumpió” Aytor.
Allí, plantados, estaban Sam, MarieLayla, Joss, Aytor y… Robert. Como no. Siempre con mis escenitas.
— Sí, claro. ¿No dormís aquí?
— Bueno, Kristin y Aytor nos prestan una habitación, y bueno….
— ¿Nos prestan? Te refieres a…
— A mí, y a mi Arlie— finalizó.
Ahora otro jarrón de agua congelada.
— ¿Robert? — preguntó Alice.
— Joss, me ha dicho que puedo dormir en el cuarto de invitados hasta que terminéis las clases y nos vayamos.
Tosí.
Para eso quedaba una semana. Y yo todas las mañanas las tenía libre, al igual que Alice, todas las tardes, ya que nos dejaban ese tiempo para entregar el último trabajo del trimestre. La semana de exámenes ya había terminado. Justamente hoy. Entonces… Tendría que verlo por la tarde, durante toda una semana en MI CASA, y luego….
— Katy, respira. — alguien me recordó.
— Si soy una molestia, no hace falta que duerma aquí. Puedo irme con Carlie y luego ir al aeropuerto…
— No, hermanito, por NOSOTRAS no hay ningún problema— sentenció Alice, enfatizando la palabra nosotras. — Te quedas.
— Alice, — dijo Aytor— no teneis habitación de invitados, por eso Sam y Arlie se vienen con…
— No importa, Robert dormirá con Joss. — sentenció de nuevo Alice.
— Por mi no hay problema, pero lo más seguro es que se despierte a las cinco de la mañana…
— Bueno, pues dormirás conmigo— volvió a sentenciar Alice con voz cansina.
— Alice, tú te despiertas casi a la misma hora que yo, y eso que no entras al campus hasta las siete.
— No me importa madrugar…— susurró Robert, notándose algo incómodo.
Eso significaba que…
— Pues que duerma con Katy. Ella tiene las mañanas libres. Seguro que no le importará.
Perfecto. Un ensayo de las vacaciones. Estaba entrando en un colapso mental.
— Chicas, —tenía la vista perdida— chicos, Robert. Creo que me voy a duchar, — dije mirando a un punto fijo de la pared, mientras me levantaba— y luego cenaré, y supongo que me dormiré.
N/A: Sí, es más corto, pero así compensa con el de la semana que viene... Es bastante extenso. Por cierto, aviso para decir que iré actualizando cada semana, más o menos, y si no hay ningún percance, el fin de semana. Pero como hoy estoy así, así, pensé en subirlo un viernes... En fín, si teneis alguna duda, os la responderé en los siguientes capítulos, o en un review debajo del vuestro( si quereis la segunda opción, dejadlo escrito como, por ejemplo: (pregunta) Me gustaría que me contestaras por review, o algo por el estilo^^) ¡Os dejo!^^
P.D.: No olvideis dejar vuestra reacciones al final:)
NAlice.
Una cabaña alquilada por una madre. Unos amigos que no se ven desde secundaria y una puerta que les juega una mala pasada. ¿siete días por delante y dos conocidos que terminan siendo mejores amigos? El frío les hará cambiar de opinión.
viernes, 29 de enero de 2010
domingo, 24 de enero de 2010
Llamada telefónica.
Llamada telefónica.
POV KATY
— Que sí, mamá, que te llamaré en cuanto llegue a casa, no te preocupes. — volví a repetir.
— Más te vale. — suspiré— Te quiero, pequeña.
— Y yo mamá.
Colgué. ¡Cuántas veces me iba a llamar en un día! Salí de los lavabos de la zona B, y me dirigí a mi querido coche.
Después de graduarme en el Instituto de Forks, acogí la beca de la Universidad de Seattle con muchas ganas. Marie me dijo que podía irme a vivir a la casa que ella tenía antes, cuando vivía allí de soltera, y estaba relativamente cerca del campus. Alice se vino a vivir conmigo, después de aceptar estudiar conmigo, y no irse a Nueva York. No sé la causa de porqué eligió antes la Universidad de Seattle que la de Nueva York, pero en tal caso, es que estábamos más cerca de casa.
Joss también vino con nosotras, y compró la casa de al lado (en ruinas) por un chollo. Gracias al cielo, el amigo de papá, Tom, tenía en sus manos el ayudarnos con la obra de hacer una casa, dos. Al cabo del tiempo, estábamos viviendo Joss, Alice y yo en la antigua casa de mi madre.
Joss formó un gimnasio en el centro de la ciudad, mientras estudiaba para entrenador en la zona A. Alice y yo, por suerte, nos tocó en la misma zona, B, aunque ella tenía un año más que yo, se quedó en Forks haciendo un cursillo para entrar en la Universidad, y ahora cursábamos el mismo año. En cambio, Jake y Arlie, mi prima a efectos prácticos, ya que fue como mi prima-hermana, se fueron a vivir juntos al cumplir los veinte años, y se quedaron en el límite de Forks y Port Angeles. Y bueno, del otro hermano, no hay nada que contar. Apenas le conocí, se marchó para estudiar, y ahora creo que estaba trabajando o estudiando en Londres. No lo sé, lo que tengo claro es que estudiaba música.
— ¿Katy?
— Sí, Alice. — contesté. — ¿Has acabado tus clases?
— Por hoy sí. Aunque tengo que hacer un trabajo sobre algún estilista que me cause impresión— dijo imitando la voz de su profesor.
— Bien, entonces vámonos. Hoy cocina Joss.
— Suerte que le enseñaste a hacerlo, si no, creo que moriríamos de algún tipo de envenenamiento.
— Vamos, Alice, no seas tan dura con él.
Ella rodó los ojos, mientras se metía en mi coche. Añoraba tantísimo mi querida camioneta… Alice lo dejó muy claro, el único coche que nos llevaríamos, sería el suyo, porque ya teníamos bastante para todos.
Yo me negué rotundamente, pero al ver que nadie estaba a mi favor, tuve que rendirme. Aytor, el novio de Alice y el hermano de Kristin, compraron la casa de enfrente, y así, las parejitas, pudieron vivir juntas. No entendí el por qué no se fueron ellos a vivir juntos, y me dejaban a mi la casa. En realidad, eran sus padres, (los de Aytor y Kristin) los que no les dejaban vivir con sus respectivas parejas, prefirieron vivir los hermanos en una misma casa, y ser vecinos nuestros.
“Tu eres nuestra amiga, y siempre hemos sido una colla” Claro, ¿se piensas que me chupo el dedo? (Mi madre siempre lo repetía con Joss)
En fin, arranqué aquel pedazo de coche plateado, y nos fuimos hasta nuestra casa. Cuando bajamos del coche, el garaje nos recibió con una autentica invitación para comer. El olor a spaghetti al estilo Joss Smith estaba por toda la casa, y nos guiamos más por el olfato que otra cosa, hasta la cocina.
— ¿Qué? — preguntó un atónito Joss.
Alice y yo nos miramos, y luego rompimos a reír. Joss, el chico de veinte años, con novia, tenía un delantal blanco bordado con la frase: “Soy el más mejor.”
— A ver, pequeñaja, ¿por qué no haces algo de provecho y pones la mesa?
— Claro, claro, hermanazo. — contestó Alice, todavía riendo.
No importaba que tuviera veintiún años, ella seguiría siendo la pequeña Alice.
— Joss, no te ofendas, pero, enserio, ¿de dónde has sacado ese delantal? — pregunté conteniéndome, mientras dejaba la mochila y el abrigo en el armario del recibidor principal.
— Me lo regaló Kristin, ¿de acuerdo?
— Entiendo… ¿viene a comer?
— Sí y su hermano también…
— Entiendo…—repetí. Otro día de “aguantavelas”
— Katy— me llamó mientras suspiraba— Es una comida de colegas. Me ha… ¡por cierto¡— se interrumpió él mismo. — Sam te ha llamado y te ha dejado ése recado— me indicó con el codo, mientras se giraba y seguía moviendo la salsa.
Fui hasta el bloc de notas al lado del teléfono, y lo cogí:
Katy, tienes un mensaje de voz.
Katy, ¿Adivina qué? Para la hora de comer estaré contigo, ¡hermanitaaaaaa! — cuando veas las palabras tan largas son de tu prima Arlie— había escrito Joss en el bloc. -ahora todo el mundo la llamaba así. Seguí escuchando.- Bueno, prepara esos spaghetti que tanto amooooooooo. Nos vemos primaaaaaaaaa. Arlie ¿quieres para de interrumpirme?
Ahí se había acabado el mensaje.
— Gracias Joss— grité.
Justo cuando alguien me iba a decir, “no las hay”, el timbre sonó, y una muy estridente Alice abrió la puerta y dejó pasar a…
— ¡Katyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!
MarieLayla.
— MarieLayla…— suspiré cuando la vi correr hacía mí.
— Dime Arlie, prima. — me corrigió.
— En serio, te ha afectado estar cerca de Alice y… ¡Sam, qué le has hecho a mi prima! — le reprendí. — Antes era como yo.
— Y lo sigue siendo, Katy, — inquirió tan tranquila, mientras me abrazaba y besaba mi mejilla. — Tienes que verla cuando sale delante de todos. Se pone roja como tú.
Y ahí van mis mejillas rojas.
— ¿lo ves? Nadie podría decir que NO sois primas, incluso hermanas.
— Ya, Ya…— terminé el tema. — En fín… ¿dónde están Kristin y Aytor?
— Los he avisado, cuando iba a venir hacía aquí— dijo una MarieLayla más tranquila. El apodo de Sam nunca me ha gustado.
— Deberían estar al ca…
— ¡Aytooooooor! — Gritó Alice.
— No, de veras, ¿cuánto tiempo hace que no ves a tu novio, Alice?
Me miró con unos ojos hirviendo en ira.
— No lo sé— contestó una vocecilla suave— Pero yo ví ayer a una pequeñaja, revoloteando por mi piso.
— ¡KRIIIISTIIIIN!
Si el chillido de Alice, nos dejó incapacitados, el estronduoso saludo de Joss a su chica, hizo retumbar toda la casa.
Yo miré a todos los lados, y luego cerré la puerta de entrada.
— Los vecinos nos van a echar.
— No, — negué— en tal caso, os echarían a vosotros, porqué yo no hago tanto alboroto.
Muchos ojos me aniquilaron en aquel instante.
— De acuerdo, pasemos a la sala—pidió Sam para tranquilizar el ambiente.
— Sí, será lo mejor.
Después de la comida, qué estuvo lleva de bromas y momentos melancólicos, tomamos el postre y comenzamos una charla:
— Entonces, ¿por qué nos hemos reunido todos en mi casa?
— Querrás decir NUESTRA casa, Katy.
Todos rodamos los ojos, ante el comentario de Joss.
— ¿Alice? — pregunté.
— Bueno, mamá me llamó para saber que haríamos las vacaciones de Navidad este año, y dijo que
— ¡Coge el teléeeeeeeefono, Joss! ¿Te estáaaan, llamando!
— ¿Todavía con ese politono, emm? — preguntó Sam.
— No sabes lo molesto que es durante la noche, Sammy— respondí.
Mientras, Joss ya se había levantando a contestar.
— Dime mamá. Sí, ahora estábamos reunidos hablando, sí, ahora te la paso— dijo lo último enfadado, y susurrando a Alice mientras le tendía el teléfono: es mamá, estúpida niña mimada, y le sacaba la lengua.
— Dime, madre querida. — alavó Alice. — Vale.
Pulsó un botón y hubo unos segundos en silencio.
— ¿Está enchufado ya? ¿Me escucháis?
— Sí, mamá, todos te oímos— hizo una alabanza Joss.
— Joss, deja de hacer el tonto. ¡Hola chicos!
— Hola, Sra Smith— canturreemos todos.
— Carlie chicos— nos corrigió— bueno, como sé que ninguno de mis dos hijos iba a poder contarlo, he pensado en decíroslo yo personal….
— ¿Quien es, cariño? ¿Son los niños? ¡Hijos! ‘Cuánto es echo de menos!
— Dios, — se quejó Arlie
— Siempre nos pone en evidencia…— decía Alice, negando con la cabeza.
— Alguien quiere decirme de una vez que pasa! Siempre interrumpe alguien! — grité y luego descendí la voz hasta terminar en un murmullo. — Hola, Mathew. — al final, terminé llamándolo por su nombre
— Hola, Katy— saludó el Sr. Smith— Bueno, ¿Carlie que intentabas decir?
— Nada, — contestó Carlie— Chicos, por vuestras notas y comportamiento en la Universidad, os invitamos todos los padres…
— ¡Katherine, cariñooo! — chilló mi madre.
— ¡Mamá! — me quejé como una niña pequeña.
Todos se rieron menos yo.
— No, ahora de verdad, alguien nos va a explicar que pasa, — habló Kristin, tranquila. — Y que hable tan sólo una persona.
Al otro lado de la línea se escucharon murmullos, y al cabo de un minuto un ruido como si alguien quitara algo.
— Chicos, soy yo, Matt, no— nos detuvo antes de saludarlo— no digáis nada. Ya bastante he aguantado con estos abuelos, y sus disputas. Hola, cariño, — me dijo— hola chicos. Bueno, — se escuchó un murmullo de maldito Matt, y un Abuelo tú, Sr. Stibenson al otro lado de la línea. — Hemos decidido regalaros unas vacaciones de Navidad, aunque nos vendréis a visitar antes que terminen en una cabaña en las montañas. OS acabamos de mandar todo por vía e-mail y…
Después de todo el jaleo del altavoz y los “abuelos” que no los “íbamos a visitar”, colgamos y estuvimos un rato más mirando o que nos habían enviado.
— Esta muy bien. — concluyó Aytor.
— Tienes razón. Además estaremos todos reunidos, como antes.
— ¡Pero si siempre estamos juntos, memo! — inquirió Joss a Sam.
— Joss, — le expliqué— la reserva son para ocho personas, y aquí somos siete, entonces falta…
Y encima tuvo la soberbia de pensarlo durante un rato interminable.
— Ah, claro, mi hermano Robert.
— ¡Bien! — le felicitamos, con gran sarcasmo.
— En realidad, está bastante bien, —concluí, para cambiar de tema. — pero…. ¿¡Habéis pensado en dónde pienso yo dormir?! Porque seguro que seremos chicas y chicos por separado…
— ¡Claro que no! — exclamó atónito Jacob a mi comentario.
— Bueno, pues decidme con quien voy a dormir…
Mientras formulaba la pregunta en cabeza, supe de inmediato la respuesta.
— Oh, no… ¡¿Estáis locos!?
— Katy, —me tranquilizó Alice— es la única forma de que coincidan. Sólo hay cuatro departamentos en la cabaña.
— Pero Alice ¡¿cómo quieres que “viva” durante una semana con tu hermano, que apenas conozco?! — solté en un suplido.
— Ya veo que no me queréis…— dijo una voz aterciopeladamente ruda por mi espalda.
— ¿Robert? — preguntaron todas las voces a mi alrededor, mientras toda la sangre que había en mi rostro desaparecía, y me convertía en alguien tan pálido como un zombie.
N/A: Bueno, tengo que avisaros de algo, antes que haya algún problema. Ya que esta historia empezó con otros personajes, el lugar y espacio es el mismo que en Crepúsculo, o podeis pensar que no. Tan sólo quería decir que, como esto empezó como un fanfic, esta situado en o me mencionado: Seattle, Forks, y La Push. en tal caso, si veis alguna similitud, no penseis que es plagio, ya que entonces, esto le pertenece a Stephenie Meyer. Como un semi fanfic. Bueno, lo sieguiente es, que si veo que no tiene mucha gente que lo lea, no se si lo seguiré. Me resulta bastante rabajoso hacer un capítulo, como para cambiar casi todo el capítulo. En fín, los personajes son míos, igual que algunas personalidades, pero el espacio (Forks, Seatlle...) son de twilight y la saga. En fín, aquí os lo dejo.
NAlice.
POV KATY
— Que sí, mamá, que te llamaré en cuanto llegue a casa, no te preocupes. — volví a repetir.
— Más te vale. — suspiré— Te quiero, pequeña.
— Y yo mamá.
Colgué. ¡Cuántas veces me iba a llamar en un día! Salí de los lavabos de la zona B, y me dirigí a mi querido coche.
Después de graduarme en el Instituto de Forks, acogí la beca de la Universidad de Seattle con muchas ganas. Marie me dijo que podía irme a vivir a la casa que ella tenía antes, cuando vivía allí de soltera, y estaba relativamente cerca del campus. Alice se vino a vivir conmigo, después de aceptar estudiar conmigo, y no irse a Nueva York. No sé la causa de porqué eligió antes la Universidad de Seattle que la de Nueva York, pero en tal caso, es que estábamos más cerca de casa.
Joss también vino con nosotras, y compró la casa de al lado (en ruinas) por un chollo. Gracias al cielo, el amigo de papá, Tom, tenía en sus manos el ayudarnos con la obra de hacer una casa, dos. Al cabo del tiempo, estábamos viviendo Joss, Alice y yo en la antigua casa de mi madre.
Joss formó un gimnasio en el centro de la ciudad, mientras estudiaba para entrenador en la zona A. Alice y yo, por suerte, nos tocó en la misma zona, B, aunque ella tenía un año más que yo, se quedó en Forks haciendo un cursillo para entrar en la Universidad, y ahora cursábamos el mismo año. En cambio, Jake y Arlie, mi prima a efectos prácticos, ya que fue como mi prima-hermana, se fueron a vivir juntos al cumplir los veinte años, y se quedaron en el límite de Forks y Port Angeles. Y bueno, del otro hermano, no hay nada que contar. Apenas le conocí, se marchó para estudiar, y ahora creo que estaba trabajando o estudiando en Londres. No lo sé, lo que tengo claro es que estudiaba música.
— ¿Katy?
— Sí, Alice. — contesté. — ¿Has acabado tus clases?
— Por hoy sí. Aunque tengo que hacer un trabajo sobre algún estilista que me cause impresión— dijo imitando la voz de su profesor.
— Bien, entonces vámonos. Hoy cocina Joss.
— Suerte que le enseñaste a hacerlo, si no, creo que moriríamos de algún tipo de envenenamiento.
— Vamos, Alice, no seas tan dura con él.
Ella rodó los ojos, mientras se metía en mi coche. Añoraba tantísimo mi querida camioneta… Alice lo dejó muy claro, el único coche que nos llevaríamos, sería el suyo, porque ya teníamos bastante para todos.
Yo me negué rotundamente, pero al ver que nadie estaba a mi favor, tuve que rendirme. Aytor, el novio de Alice y el hermano de Kristin, compraron la casa de enfrente, y así, las parejitas, pudieron vivir juntas. No entendí el por qué no se fueron ellos a vivir juntos, y me dejaban a mi la casa. En realidad, eran sus padres, (los de Aytor y Kristin) los que no les dejaban vivir con sus respectivas parejas, prefirieron vivir los hermanos en una misma casa, y ser vecinos nuestros.
“Tu eres nuestra amiga, y siempre hemos sido una colla” Claro, ¿se piensas que me chupo el dedo? (Mi madre siempre lo repetía con Joss)
En fin, arranqué aquel pedazo de coche plateado, y nos fuimos hasta nuestra casa. Cuando bajamos del coche, el garaje nos recibió con una autentica invitación para comer. El olor a spaghetti al estilo Joss Smith estaba por toda la casa, y nos guiamos más por el olfato que otra cosa, hasta la cocina.
— ¿Qué? — preguntó un atónito Joss.
Alice y yo nos miramos, y luego rompimos a reír. Joss, el chico de veinte años, con novia, tenía un delantal blanco bordado con la frase: “Soy el más mejor.”
— A ver, pequeñaja, ¿por qué no haces algo de provecho y pones la mesa?
— Claro, claro, hermanazo. — contestó Alice, todavía riendo.
No importaba que tuviera veintiún años, ella seguiría siendo la pequeña Alice.
— Joss, no te ofendas, pero, enserio, ¿de dónde has sacado ese delantal? — pregunté conteniéndome, mientras dejaba la mochila y el abrigo en el armario del recibidor principal.
— Me lo regaló Kristin, ¿de acuerdo?
— Entiendo… ¿viene a comer?
— Sí y su hermano también…
— Entiendo…—repetí. Otro día de “aguantavelas”
— Katy— me llamó mientras suspiraba— Es una comida de colegas. Me ha… ¡por cierto¡— se interrumpió él mismo. — Sam te ha llamado y te ha dejado ése recado— me indicó con el codo, mientras se giraba y seguía moviendo la salsa.
Fui hasta el bloc de notas al lado del teléfono, y lo cogí:
Katy, tienes un mensaje de voz.
Katy, ¿Adivina qué? Para la hora de comer estaré contigo, ¡hermanitaaaaaa! — cuando veas las palabras tan largas son de tu prima Arlie— había escrito Joss en el bloc. -ahora todo el mundo la llamaba así. Seguí escuchando.- Bueno, prepara esos spaghetti que tanto amooooooooo. Nos vemos primaaaaaaaaa. Arlie ¿quieres para de interrumpirme?
Ahí se había acabado el mensaje.
— Gracias Joss— grité.
Justo cuando alguien me iba a decir, “no las hay”, el timbre sonó, y una muy estridente Alice abrió la puerta y dejó pasar a…
— ¡Katyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!
MarieLayla.
— MarieLayla…— suspiré cuando la vi correr hacía mí.
— Dime Arlie, prima. — me corrigió.
— En serio, te ha afectado estar cerca de Alice y… ¡Sam, qué le has hecho a mi prima! — le reprendí. — Antes era como yo.
— Y lo sigue siendo, Katy, — inquirió tan tranquila, mientras me abrazaba y besaba mi mejilla. — Tienes que verla cuando sale delante de todos. Se pone roja como tú.
Y ahí van mis mejillas rojas.
— ¿lo ves? Nadie podría decir que NO sois primas, incluso hermanas.
— Ya, Ya…— terminé el tema. — En fín… ¿dónde están Kristin y Aytor?
— Los he avisado, cuando iba a venir hacía aquí— dijo una MarieLayla más tranquila. El apodo de Sam nunca me ha gustado.
— Deberían estar al ca…
— ¡Aytooooooor! — Gritó Alice.
— No, de veras, ¿cuánto tiempo hace que no ves a tu novio, Alice?
Me miró con unos ojos hirviendo en ira.
— No lo sé— contestó una vocecilla suave— Pero yo ví ayer a una pequeñaja, revoloteando por mi piso.
— ¡KRIIIISTIIIIN!
Si el chillido de Alice, nos dejó incapacitados, el estronduoso saludo de Joss a su chica, hizo retumbar toda la casa.
Yo miré a todos los lados, y luego cerré la puerta de entrada.
— Los vecinos nos van a echar.
— No, — negué— en tal caso, os echarían a vosotros, porqué yo no hago tanto alboroto.
Muchos ojos me aniquilaron en aquel instante.
— De acuerdo, pasemos a la sala—pidió Sam para tranquilizar el ambiente.
— Sí, será lo mejor.
Después de la comida, qué estuvo lleva de bromas y momentos melancólicos, tomamos el postre y comenzamos una charla:
— Entonces, ¿por qué nos hemos reunido todos en mi casa?
— Querrás decir NUESTRA casa, Katy.
Todos rodamos los ojos, ante el comentario de Joss.
— ¿Alice? — pregunté.
— Bueno, mamá me llamó para saber que haríamos las vacaciones de Navidad este año, y dijo que
— ¡Coge el teléeeeeeeefono, Joss! ¿Te estáaaan, llamando!
— ¿Todavía con ese politono, emm? — preguntó Sam.
— No sabes lo molesto que es durante la noche, Sammy— respondí.
Mientras, Joss ya se había levantando a contestar.
— Dime mamá. Sí, ahora estábamos reunidos hablando, sí, ahora te la paso— dijo lo último enfadado, y susurrando a Alice mientras le tendía el teléfono: es mamá, estúpida niña mimada, y le sacaba la lengua.
— Dime, madre querida. — alavó Alice. — Vale.
Pulsó un botón y hubo unos segundos en silencio.
— ¿Está enchufado ya? ¿Me escucháis?
— Sí, mamá, todos te oímos— hizo una alabanza Joss.
— Joss, deja de hacer el tonto. ¡Hola chicos!
— Hola, Sra Smith— canturreemos todos.
— Carlie chicos— nos corrigió— bueno, como sé que ninguno de mis dos hijos iba a poder contarlo, he pensado en decíroslo yo personal….
— ¿Quien es, cariño? ¿Son los niños? ¡Hijos! ‘Cuánto es echo de menos!
— Dios, — se quejó Arlie
— Siempre nos pone en evidencia…— decía Alice, negando con la cabeza.
— Alguien quiere decirme de una vez que pasa! Siempre interrumpe alguien! — grité y luego descendí la voz hasta terminar en un murmullo. — Hola, Mathew. — al final, terminé llamándolo por su nombre
— Hola, Katy— saludó el Sr. Smith— Bueno, ¿Carlie que intentabas decir?
— Nada, — contestó Carlie— Chicos, por vuestras notas y comportamiento en la Universidad, os invitamos todos los padres…
— ¡Katherine, cariñooo! — chilló mi madre.
— ¡Mamá! — me quejé como una niña pequeña.
Todos se rieron menos yo.
— No, ahora de verdad, alguien nos va a explicar que pasa, — habló Kristin, tranquila. — Y que hable tan sólo una persona.
Al otro lado de la línea se escucharon murmullos, y al cabo de un minuto un ruido como si alguien quitara algo.
— Chicos, soy yo, Matt, no— nos detuvo antes de saludarlo— no digáis nada. Ya bastante he aguantado con estos abuelos, y sus disputas. Hola, cariño, — me dijo— hola chicos. Bueno, — se escuchó un murmullo de maldito Matt, y un Abuelo tú, Sr. Stibenson al otro lado de la línea. — Hemos decidido regalaros unas vacaciones de Navidad, aunque nos vendréis a visitar antes que terminen en una cabaña en las montañas. OS acabamos de mandar todo por vía e-mail y…
Después de todo el jaleo del altavoz y los “abuelos” que no los “íbamos a visitar”, colgamos y estuvimos un rato más mirando o que nos habían enviado.
— Esta muy bien. — concluyó Aytor.
— Tienes razón. Además estaremos todos reunidos, como antes.
— ¡Pero si siempre estamos juntos, memo! — inquirió Joss a Sam.
— Joss, — le expliqué— la reserva son para ocho personas, y aquí somos siete, entonces falta…
Y encima tuvo la soberbia de pensarlo durante un rato interminable.
— Ah, claro, mi hermano Robert.
— ¡Bien! — le felicitamos, con gran sarcasmo.
— En realidad, está bastante bien, —concluí, para cambiar de tema. — pero…. ¿¡Habéis pensado en dónde pienso yo dormir?! Porque seguro que seremos chicas y chicos por separado…
— ¡Claro que no! — exclamó atónito Jacob a mi comentario.
— Bueno, pues decidme con quien voy a dormir…
Mientras formulaba la pregunta en cabeza, supe de inmediato la respuesta.
— Oh, no… ¡¿Estáis locos!?
— Katy, —me tranquilizó Alice— es la única forma de que coincidan. Sólo hay cuatro departamentos en la cabaña.
— Pero Alice ¡¿cómo quieres que “viva” durante una semana con tu hermano, que apenas conozco?! — solté en un suplido.
— Ya veo que no me queréis…— dijo una voz aterciopeladamente ruda por mi espalda.
— ¿Robert? — preguntaron todas las voces a mi alrededor, mientras toda la sangre que había en mi rostro desaparecía, y me convertía en alguien tan pálido como un zombie.
N/A: Bueno, tengo que avisaros de algo, antes que haya algún problema. Ya que esta historia empezó con otros personajes, el lugar y espacio es el mismo que en Crepúsculo, o podeis pensar que no. Tan sólo quería decir que, como esto empezó como un fanfic, esta situado en o me mencionado: Seattle, Forks, y La Push. en tal caso, si veis alguna similitud, no penseis que es plagio, ya que entonces, esto le pertenece a Stephenie Meyer. Como un semi fanfic. Bueno, lo sieguiente es, que si veo que no tiene mucha gente que lo lea, no se si lo seguiré. Me resulta bastante rabajoso hacer un capítulo, como para cambiar casi todo el capítulo. En fín, los personajes son míos, igual que algunas personalidades, pero el espacio (Forks, Seatlle...) son de twilight y la saga. En fín, aquí os lo dejo.
NAlice.
sábado, 23 de enero de 2010
Prólogo: Una historia.
Antes de que os explique esta “extraña” historia, debemos saber el pasado de los protagonistas.
Robert padre y Elisabeth, hermana de Carlie, mueren en un accidente de tráfico cuando Robert Anthony Jr. tiene un año y medio. El pequeño no recuerda bien la historia, y cree ser hijo biológico de Carlie y Mathew Smith y hermano mellizo de Alice, su hija. Su hermana Eli, deja la custodia a su hermana Carlie, cuidando así de Robert Jr, junto con sus primos Alice y Joss Smith. Robert Anthony Jr., “vivió” el tiempo en que su madre estuvo en el hospital, con Marie, vecina y amiga íntima de Elisabeth. Cuando ella murió, ya que sobrevivió al trágico accidente pero ingresó en estado grave al hospital, Marie se encargó de llevar al pequeño Robert a casa de su hermana, Carlie Smith. Marie conocía a ésta y sabía que estaría en buenas manos y Marie no dudó en cumplir el último deseo de su amiga, estar siempre cerca de su hijo Robert. Sin comerlo ni beberlo, Marie, quien tenía una hija en común con Matt, se mudó con él al fin.
Alice y Joss mantienen una relación con los vecinos y amigos Sr y Sra Randall, que por su trabajo, sus hijos permanecían la mayor parte de su vida en la mansión Smith, siendo así su segunda familia y segundo hogar.
Matt, jefe de policía de Forks, y Marie vecina de Elisabeth, hermana de Carlie, tuvieron a una hija, llamada Katherine C. Ésta tiene la misma edad que Joss, el hermano mayor de los Smith, ya que Alice y Robert A, son “mellizos” al tener la misma edad, y mismas características. Katy, como le gustaba que la llamaran tenía otra segunda familia en La Push, los Linton, pero ya hablaremos de ellos más adelante.
Cuando Los Smith, los Randall y Katy Stibenson se encontraron en la secundaria, se reconocieron en seguida, pues Marie, siempre iba a visitar a Robert A. y éste pensaba que era su tía.
Robert A., un poco diferente a los demás, iba un curso superior a Joss y Katy, ya que eran un año menor que él y Alice. Pero gracias a las visitas de Marie, su tía y amiga, ya que él sentía por ella gran adoración fraternal, Alice y Katy acabaron siendo mejores amigas, y Joss el gran amigo que siempre las ayudaba.
Cuando iban a terminar el último año, pues Robert ya se había graduado, por su gran nivel terminó antes que los demás y se fue a la universidad, los tres amigos, y sobretodo Katy, no le añoró tanto, ya que pensaba que era “un poco raro”. En este último año, con Robert en la universidad, llegó una nueva alumna, que por su gran carisma, fue amiga inseparable de Alice, y por su personalidad, tímida y deseosa de no ser el centro de atención como Katy, fue una de sus mejores amigas, MarieLayla, cuyo nombre tiene parte de “Marie”, pues su prima fue quien la ayudó a dejar a su marido maltratador cuando estaba embarazada de ella. Ésta, que era hija de la prima de Marie, la madre de Katy, la acogió con los brazos abiertos, tras la muerte por una depresión de su prima, la madre de Arlie, como le llamaba Sam, hijo de Tom Linton, el mejor amigo de Matt, el padre de Katy.
Sammy, como es llamado por Katy, es el mejor amigo y casi siempre hermano de ésta, y quedó prendado por la belleza natural de MarieLayla.
Y, ahora que sabemos la breve introducción de los personajes, pasemos a la historia central.
End Tercera persona.
No sé si gustará, pero como la historia del pasado es como el prólogo, pensé en subirlo en un solo capítulo, y ya más adelante la historia en sí. Espero que me deis vuestra opinión tanto pasivita como negadita, y me deis ánimos para seguirla, o me digáis con sinceridad, que no la siga.
N/A: Es la misma historia que en uno de mis enlaces, pero con otros personajes, pues algunas personajes me dijeron que estaría bien hacerlo así.
NAlice.
Robert padre y Elisabeth, hermana de Carlie, mueren en un accidente de tráfico cuando Robert Anthony Jr. tiene un año y medio. El pequeño no recuerda bien la historia, y cree ser hijo biológico de Carlie y Mathew Smith y hermano mellizo de Alice, su hija. Su hermana Eli, deja la custodia a su hermana Carlie, cuidando así de Robert Jr, junto con sus primos Alice y Joss Smith. Robert Anthony Jr., “vivió” el tiempo en que su madre estuvo en el hospital, con Marie, vecina y amiga íntima de Elisabeth. Cuando ella murió, ya que sobrevivió al trágico accidente pero ingresó en estado grave al hospital, Marie se encargó de llevar al pequeño Robert a casa de su hermana, Carlie Smith. Marie conocía a ésta y sabía que estaría en buenas manos y Marie no dudó en cumplir el último deseo de su amiga, estar siempre cerca de su hijo Robert. Sin comerlo ni beberlo, Marie, quien tenía una hija en común con Matt, se mudó con él al fin.
Alice y Joss mantienen una relación con los vecinos y amigos Sr y Sra Randall, que por su trabajo, sus hijos permanecían la mayor parte de su vida en la mansión Smith, siendo así su segunda familia y segundo hogar.
Matt, jefe de policía de Forks, y Marie vecina de Elisabeth, hermana de Carlie, tuvieron a una hija, llamada Katherine C. Ésta tiene la misma edad que Joss, el hermano mayor de los Smith, ya que Alice y Robert A, son “mellizos” al tener la misma edad, y mismas características. Katy, como le gustaba que la llamaran tenía otra segunda familia en La Push, los Linton, pero ya hablaremos de ellos más adelante.
Cuando Los Smith, los Randall y Katy Stibenson se encontraron en la secundaria, se reconocieron en seguida, pues Marie, siempre iba a visitar a Robert A. y éste pensaba que era su tía.
Robert A., un poco diferente a los demás, iba un curso superior a Joss y Katy, ya que eran un año menor que él y Alice. Pero gracias a las visitas de Marie, su tía y amiga, ya que él sentía por ella gran adoración fraternal, Alice y Katy acabaron siendo mejores amigas, y Joss el gran amigo que siempre las ayudaba.
Cuando iban a terminar el último año, pues Robert ya se había graduado, por su gran nivel terminó antes que los demás y se fue a la universidad, los tres amigos, y sobretodo Katy, no le añoró tanto, ya que pensaba que era “un poco raro”. En este último año, con Robert en la universidad, llegó una nueva alumna, que por su gran carisma, fue amiga inseparable de Alice, y por su personalidad, tímida y deseosa de no ser el centro de atención como Katy, fue una de sus mejores amigas, MarieLayla, cuyo nombre tiene parte de “Marie”, pues su prima fue quien la ayudó a dejar a su marido maltratador cuando estaba embarazada de ella. Ésta, que era hija de la prima de Marie, la madre de Katy, la acogió con los brazos abiertos, tras la muerte por una depresión de su prima, la madre de Arlie, como le llamaba Sam, hijo de Tom Linton, el mejor amigo de Matt, el padre de Katy.
Sammy, como es llamado por Katy, es el mejor amigo y casi siempre hermano de ésta, y quedó prendado por la belleza natural de MarieLayla.
Y, ahora que sabemos la breve introducción de los personajes, pasemos a la historia central.
End Tercera persona.
No sé si gustará, pero como la historia del pasado es como el prólogo, pensé en subirlo en un solo capítulo, y ya más adelante la historia en sí. Espero que me deis vuestra opinión tanto pasivita como negadita, y me deis ánimos para seguirla, o me digáis con sinceridad, que no la siga.
N/A: Es la misma historia que en uno de mis enlaces, pero con otros personajes, pues algunas personajes me dijeron que estaría bien hacerlo así.
NAlice.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)